Superioridad en toda regla, posesión y control, definición y pegada. Un Barça que parece ha dejado atrás las dudas y la incertidumbre, doblegó a un Athletic de Bilbao con más respuestas que interrogantes y lo goleó con un abultado marcador de 5-2.
Comandados por Messi, Neymar y Suárez, el Barcelona despegó, y tal parece que Luis Enrique por fin ha dado en la tecla. Desde la debacle ante la Real Sociedad, un punto de inflexión, el azulgrana ha vencido por fin las interrogantes en torno a su esquema y aunque el único punto en el camino es saber si se juega al contragolpe o al juego de posesión. Y es que jugar con Iniesta, Xavi y Busquets te genera control de juego, mientras que con Rakitic, Rafinha, Xavi/Iniesta, de por sí solo el Barça parece más vertical, y si a ello le sumamos que arriba Messi juega libre y por los costados aparecen Neymar, Suárez por el centro y por la banda también se incorpora Alves, el equipo es mucho más amplio y con mayores opciones de ataque, y en esto ya se incluye la velocidad que estos cuatro jugadores imponen de tres cuartos de cancha hacia adelante.
Siempre difícil es visitar San Mamés (hoy el Nuevo) y ante los leones, el grado de dificultad aumenta por la intensidad y por la pierna fuerte que en estos encuentros se espera, además de la cuota goleadora que de por sí misma también esta presente.
El Barça no se anduvo con pequeñas y ya al 15 abría la lata, Messi marcaba, como una antesala de lo que se vendría, con las luces encendidas el argentino es imparable y el Barça lo es más. Si la intensidad era lo que se pedía a este equipo, ésta hace varias fechas que sigue latente, el equipo muerde más y lucha cada balón, ese es quizá, uno de los ingredientes que más se exigían al fútbol del equipo que dirige Luis Enrique, sin ganas no se puede lograr nada. Ahora, los de Lucho son reflejo de ello, de la intensidad.
Suárez también marcó, el segundo, cómo le hacía falta romper la red y lo hizo con uno de los recursos mejor empleados esta temporada, el disparo de larga distancia, el uruguayo la emprendió en la entrada del área y mandó el esférico al palo más lejano del meta local. Así el Barça ampliaba distancias.
Un atisbo de remontada se visualizó. El descuento local llegó, el 1-2 de Mikel Rico presagiaba lo inesperado. El 2-0 es el marcador más remontable. Pero la historia quiso otra cosa. Un autogol tras un remate de Messi, ponía las cosas 1-3 al minuto 62. Dos minutos más tarde Neymar ponía el 4-1- Pero nuevamente el incombustible Athletic volvía a poner las cosas con otro panorma. El 2-4 repuntó al local a intentar la hombrada. A estas alturas el encuentro era loco, sin tregua y golpe a golpe.
Pero esas intenciones se vieron truncadas por expulsión de Etxeitia para los locales con una entrada desmedida a la rodilla de Suárez. Así terminaba la ilusión del local por querer dar el golpe. Pero ese ya no llegó. Si lo hizo Pedro, quien pondría la cereza del pastel con el 2-5 final, con el que el Barcelona saldaba una dura visita a un campo complicado.