Cristiano demostró una vez más que le escoce ser el eterno segundo detrás de Leo Messi, su discurso en la gala del Balón de Oro no sólo demuestra que en su horizonte cercano, entre ceja y ceja su deseo siempre será arrebatarle el título de mejor de la historia al argentino, ese pequeño muchacho convertido en un acertijo de malabares con el balón que es y ha sido la peor pesadilla del portugués desde que ambos iniciaron la encarnada lucha por ser el mejor uno del otro.
Para males de Cristiano, Messi aún le aventaja con un balón más por delante, y eso que el segundo del portugués, aún a mí, me quedan muchas dudas sobre su merecimiento, y aunque esto ya es anécdota, ciertamente el tercero sí que puede haberlo obtenido con diferencias. En la peor temporada del argentino, apenas y lo superó por una pequeñísima cantidad de goles marcados, y claro, por una Champions que ganó con su equipo, aunque en el Mundial haya pasado como alma en pena con su selección.
Claro está, que cuando el viento sopla, nunca se sabe qué trae, como tampoco se sabe cuando a la FIFA se le ocurra ampliar un plazo de votaciones, o decidir que es más importante una Champions que haber ganado un Mundial, con una clara referencia a Neuer, el otro nominado. O que también sea más importante ampliar un plazo de votaciones después de haber llevado a tu selección a ganar un repechaje que haber roto el récord de goles marcados en competiciones europeas y en la liga doméstica, eso es un misterio a la hora de pedirle cuentas a Blatter y compañía, sobre todo cuando “el comandante” -Blatter dix it- se enrabietó con Joseph por haberle denominado de forma tan sucia, cruel e injusta.
Así las cosas, sigo pensando que este fue el mejor año de Cristiano gracias a que Messi únicamente apareció en los últimos dos meses del año, el resto se los pasó arrastrando el pie derecho y con la apatía de ponerlo a sabiendas que el Mundial estaba a la vuelta de la esquina, y ya jugándolo, aún así, guió a su selección a la final, esa que perdieron ante Neuer y compañía, si, nuevamente el otro nominado que “sólo” por el hecho de ser portero tampoco puede siquiera pensar seriamente en obtener tal premio, tampoco Casillas pudo aspirar, y eso que el alemán por arriba, por abajo, con los pies, cabezas y manos, le da mil vueltas al español por donde sea que se le vea.
En lo personal, debo decirlo, ningún portugués me ha sorprendido desde que Figo o Rui Costa colgaron las botas, los capitanes que se pasearon por toda Europa con su espíritu de equipo y su fútbol y regates mágicos.
Pero no crean, no puedo ser tan duro con Cristiano, se lo ganó justamente, pero OJO, y hago la salvedad que Messi lleva dos años jugando a un peor nivel que el portugués, pero aún así el argentino le sigue superando en récords. Algo no termina de cuadrar, no?
No creo que no le quite el sueño. En la emoción de la gala, los nervios traicionan, la lengua se afloja y las verdades afloran. Podrán justificarle y vertir las excusas de siempre: “Es un ganador”, “no le agrada perder” y etc., etc., etc., pero tantas mentiras dichas mil veces terminan siendo ciertas, y no creo que en su afán ególatra y egocéntrico descarte su deseos por saberse reconocido y admirado, superar a Messi es su meta.
El “guapo, rico y buen jugador” quizá debería pensárselo bien y poner los pies en el piso, mientras él juega al 150%, Messi jugando al 60% de sus capacidades ha hecho un temporadón muy malo pero superando a mucha distancias sus registros, ¿se imaginan cuando vuelva al 100%?