Hace mucho tiempo ya que la afición aguilucha no disfrutaba de un ambientazo de “fiesta y carnaval” en los graderíos del Barraza, templo sagrado del fútbol donde la afición migueleña veneramos a nuestro amado equipo emplumado. Tras dos años y poco más de amargos resultados, hoy el equipo resurgió de las cenizas para lograr un boleto a la gran final y dejar atrás los malos pasos, resultados y peores épocas en el que se estuvo incluso, a punto de perder la categoría.
Lo de Águila hoy ha sido un espectáculo en sentido estricto, con una afición rebosante, el Barraza se vistió de gala para albergar el encuentro entre los dos equipos más ganadores, Águila con la ventaja de saberse que con un empate estaba en la final, mientras, FAS con la necesidad de saldar con victoria su encuentro para poder clasificar.
Así planteadas las obligaciones, Aguila pareció más urgido por la victoria, de hecho, consiguió nuevamente encontrar un planteamiento sólido y equilibrado, sin especular, y saliendo a proponer de inicio. Jugando en casa y buscando una clasificación a una final, lo que menos se puede esperar es intentar jugar al filo de la navaja con un resultado que le diera esa clasificación, Águila no se echó atrás, sino más bien, salió a encontrar la victoria, propuso el fútbol, intentó las llegadas y consiguió la ventaja, el 1-0 al minuto 16 por medio de Deris Umanzor. Ni con ese resultado, Águila especuló, contrario a ésto, buscó marcar más goles para asegurarse su pase y evitar sobresaltos que pusieran en peligro su participación en la gran final.
Águila encontró su juego, revivió lo sucedido en Santa Ana en el encuentro de ida y nuevamente le dio un repaso al tigre, que se minimizó y no tuvo ni el fútbol ni las ideas para intentar darle vuelta a la historia. Llegó, si, pero no le alcanzó para evitar su eliminación. FAS fue una sombra, un rival tímido y apático que no pudo hacer daño en casa y que tampoco ofreció mayor empeño por evitar quedarse fuera de la lucha por un título.
Los de Messina demostraron que tienen hambre de tìtulos, no dieron un balón por perdido y en cada jugada la lucha era espectacular. Águila se le subió al cuello a FAS y lo tuvo contra las cuerdas durante gran parte del encuentro. El emplumado careció de acierto, las tuvo claras para ampliar la ventaja pero no concretó, bastó un solitario gol para que FAS bajara los brazos y lograr así su sitio en la final del próximo domingo.
Da lo mismo el rival que tenga que llegar, Águila parece encaminado a conseguir la corona 16.