Las comparaciones son y serán odiosas desde siempre, pero es casi imposible dejar de hacerlo cuando otras selecciones cargadas de problemas y de obstáculos logran mostrarse a un mejor nivel y llegar más lejos en los torneos que disputan.
La Selección de Amputados logró clasificar hasta los octavos de final de la Copa Mundial de Amputados que se celebra en México, misma donde cayó vapuleada por Rusia con un 10 a 1 lapidario que echó por el piso las intenciones de seguir avanzando en la gran justa mundialista.
A la luz del resultado, este se une a la larga lista de triunfos que han cosechado otras selecciones en lo que a fútbol respecta, la Selecta de Playa, la sub-21… más no así la selección mayor. Tal vez no sea justo para ninguno comparar los resultados de una y de otra, pero quizá es tanta la discordia existente y la confianza rota que cada vez que juegue una u otra, y cuyos resultados sean de alguna manera positivos, serán magnificados y contrastados con los paupérrimos resultados que la selección mayor nos ofrece.
Es cierto, un 10 a 1 iguala a la mayor goleada que nuestra selección sufrió en un Mundial ante Hungría, pero las voces no serán tan altas, puesto que entre una y otra selección quiérase o no existen abismales diferencias, y probablemente, eso seguirá siendo así siempre.
Mientras los seleccionados mayores reciben acomodamiento y muchos recursos para vestir la camiseta nacional, a los seleccionados amputados les costó un mundo el poder recoger incluso, los boletos para viajar, es más, hasta los trámites migratorios se volvieron engorrosos y les fue mucho más difícil obtener la visa para viajar a México.
¿Qué cara nos puede quedar después de ver los esfuerzos que hacen unos y los otros con tal de vestir los colores de la selección y defender la camiseta en un torneo internacional? Gracias a los reportajes de EL GRÁFICO, pudimos darnos cuenta de la realidad que viven estos seleccionados, en la forma en que cada uno se gana la vida, pero que aún y con todas las limitaciones, les dan las fuerzas para llenarse de orgullo y luchar en nombre de El Salvador, situación que se equipara a los esfuerzos que también deben hacer los seleccionados de playa.
Sonará a reproche, pero es hora que también los jugadores de la selección mayor, e incluso los de categorías inferiores, pongan un poco de esa entrega, no es solo sentarse a esperar recibir los recursos de parte de la federación, es también una responsabilidad propia la que asumen al ser seleccionados, poner mucho más orgullo y coraje por defender con creces el color nacional. Les guste o no les guste, como aficionado, me quedo con loa sensación que si los unos pueden aún y con sus dificultades y limitantes, por qué los otros no? Si al final de cuentas, tienen mejores y más posibilidades y recursos, y quizá estos no están siendo distribuidos para quienes en verdad se los merecen.
