De la mano de Ángel Di María, el Manchester United por fin encontró la luz de la victoria en la cuarta jornada de la Premier League al imponerse en Old Trafford ante el recién ascendido Queens Park Rangers con una contundente goleada de 4-0 en la que el argentino llevó la batuta del equipo de Van Gaal y abrió la cuenta goleadora y además, dio una asistencia para que Juan Mata cerrara la goleada.
El argentino, que dejó las filas del Real Madrid para unirse al proyecto liderado por el técnico holandés, y cuyo equipo no había saldado con victorias sus encuentros en lo que va de temporada, logró esta vez tres puntos que aunque lo mantienen alejado de la punta de la clasificación le sirven para iniciar la remontada, ante un imponente Chelsea que va imponiendo el ritmo.
Por ahora, Di María está demostrando su importante valía, esa misma que le catapultó la temporada anterior a ser considerado como el mejor de la plantilla madridista, la misma que al final de cuentas y gracias a su presidente, Florentino Pérez, le abrieran la puerta de salida sin tin ni son, pero, gracias a Van Gaal, el jugador argentino, comienza a demostrar que su fútbol no pesa para una camiseta, quizá esa misma forma que nunca se le valoró en el equipo blanco. Y es que, Di María, no es ni ángel ni demonio, pero si un jugador de equipo. Eso mismo que el técnico holandés intenta armar y que ha logrado -eso si- en base a talonario, armar un equipo capaz de devolver el sitio en Europa a una entidad que perdió el rumbo de las grandes competiciones.