El margen de mejora es notable, la reconstrucción del equipo a cargo de Luis Enrique, poco a poco está rindiendo sus frutos dejando buenas sensaciones en cuanto al funcionamiento de las piezas nuevas y las que han sido la base de este nuevo proyecto que busca coronarse nuevamente en el podio de los campeones.
La intensidad ha sido una de las claves impuestas por Lucho, quién ha sido claro en la consigna que para comenzar a ganar lo importante es la recuperación del balón y la presión alta cuando el esférico no está en tu poder. Los jugadores además, han adquirido la mentalidad ganadora y luchadora de “la furia” corriendo incesamente en cada centímetro de la cancha como en sus buenos y no muy viejos tiempos de la mano de Guardiola.
Ante el Athletic se vio un equipo entusiasmado y deseoso de encontrar la victoria, pero se topó con un equipo bien armado, equilibrado y luchador, que le cerró los caminos, pero que, aún así, encontró poco a poco las oportunidades para abrir el marcador, el cual se le negaba una y otra vez.
Tuvo que salir Neymar para firmar la dupla letal con Messi. El brasileño, suplente firmó una brillante actuación en el poco tiempo que estuvo en la cancha, y el Barça lo agradeció. Negados los caminos a Messi, Munir y compañía, el brasileño entró para darle vida al encuentro y abrir la ruta de gol. El blaugrana esperó 79 minutos hasta que por fin pisó césped y en una conexión con Messi marcó el primero para los de casa. Pero Ney no solo abrió el camino, sino que, además, marcaría el segundo para su equipo y también de su cuenta personal, acallando así las voces que dicen que su rendimiento no es el ideal para encontrar la titularidad. Por ahora el brasileño demostró ser un revulsivo y además un frío definidor.
El Barça así, suma 9 de 9 puntos en lo que va de Liga pero además, logró igualar el récord impuesto en la temporada 93-94 en la que sumó –al igual que ahora- tres encuentros de liga manteniendo su puerta a cero.
