“Jugar como nunca y perder como siempre”. La crítica de siempre y la afirmación que ronda por nuestro pensamiento desde que tenemos uso de razón cuando juega la Selecta. Demostrar la evolución de nuestro fútbol en un partido donde fuimos superiores en volumen de juego más no en efectividad, no es sólo el punto de partida para evaluar un encuentro en el que pudimos tener la ventaja inicial en el marcador, pero que en la jugada siguiente te ves abajo en el marcador.
Se puede evaluar a la Selecta de diferentes puntos de vista, desde la derrota que es la primera idea que salta a la vista, desde el nivel de juego mostrado, pero también desde los aspectos positivos – que SÍ los hubo-, pero tampoco se puede ser tan ojos cuadrados para no ver que dentro de lo malo que significa perder, también hay muchas cosas buenas que pueden ser, para un futuro, un buen punto de partida.
Creo que la Selecta, en términos generales hizo un gran encuentro, a expensas de varios tramos donde solo vimos pasar el balón de un lado a otro, y que propiciaron la desesperación de los jugadores. En líneas superficiales, se fue superior pero eso no alcanzó. Si, la razón de todo es que a pesar de crear fútbol, de abrir las bandas, de buscar las espaldas de los defensas guatemaltecos, faltó el último pase, falló la definición, pero como conclusión, y siendo realistas, aún así, nuestro fútbol no alcanza siquiera para conseguir una victoria siendo, como dije en 2 ocasiones ya, superiores.
Quizá en algunos tramos del encuentro se observó desorden entre líneas, pero siendo honestos, valoro mucho la presión de los muchachos para recuperar el balón cuando se perdía, principalmente en los minutos finales, el afán por recuperar el cuero era simplemente brutal, Guatemala estuvo contra las cuerdas, y tan sólo salían del pozo con pelotazos buscando un error en una adelantadísima zaga que ejercía presión en la frontera del medio campo, aún así, y con todo ese desgaste físico no se pudo.
El encuentro cambió mucho con el ingreso de Arturo Alvarez, que lejos de la clase y del ritmo que impone su pierna izquierda, construyó más fútbol y llevó más peligro en el poco tiempo que disputó, se le vio rápido y se nota que su estado físico ha superado lesiones y se ha recuperado totalmente para disputar encuentros con la Selecta. Creo que su inclusión en el once inicial es tan vital si lo que se quiere es tener una visión amplia de campo, y una construcción de fútbol limpia, hoy por hoy, ausente y/o creado a trompicones cuando el ariete estaba aún en el banquillo.
De Rafa Burgos, poco se puede decir, pareció tener piernas de madera en cada vez que recibía un balón de espaldas, se sacrificó y tan sólo le salvó de la quema el gol del descuento, igualmente sigo pensando que su fuerte es el juego aéreo y balón al espacio, de espaldas y con 4 defensores frente a sí, naufragó como lo hubiera hecho cualquier otro delantero, igualmente su gol nos mantuvo con vida y evitó que Guatemala se sintiera más cómodo y buscara un tercero cuando la Selecta adelantó mucho más las líneas para buscar el descuento.
Una derrota que nos complica el panorama pero que en su lectura deja como es normal, los errores que se deben corregir, los cambios que se deben hacer, pero que dejan algo muy claro: Estos jugadores son el futuro de la Selecta, están a muerte con Roca, su mayor deseo es hacer las cosas lo mejor posible, superar el pasado próximo de los amaños y devolver a la afición el amor perdido, su sacrificio y las ganas lo demuestran, aunque esos dos elementos al final de los 90′ no hayan sido suficientes para conseguir una victoria.
