El Barcelona ha anunciado la contratación de Luis Enrique “la furia” como el nuevo DT del primer equipo y muy probablemente el encargado junto a Zubizarreta, para poner en marcha el nuevo proyecto, que busca como objetivo la renovación de la actual plantilla.
No me queda muy claro que la apuesta sea la más correcta, pero el antecedente más reciente, Pep Guardiola, tampoco era la mejor de las opciones de cara al abanico de técnicos propuestos en ese momento, y ya vimos cómo salió esa apuesta, bajo su mando se edificó quizás, el mejor Barcelona de la historia.
Volviendo al tema de Luis Enrique, creo que parte de la importancia de su decisión es el momento, precisamente el tiempo convulso que vivió el equipo, una temporada en blanco respecto de títulos de relevancia (Champions, Liga y Copa), la salida de Martino, las dudas sobre Messi, la apatía de la plantilla para sacar los puntos en encuentros claves con el título en juego… en fin, son muchas las circunstancias que vienen a opacarse con la designación de “lucho”, una estrategia de la directiva o simplemente darle prisa a lo que tenga que venir.
La renovación de Messi precisamente cae en el momento justo, después de una temporada en la que se puso en tela de juicio su profesionalismo, su integridad fiscal, el Barcelona le ha renovado para ser el futbolista mejor pagado del planeta, ¿otra movida de la directiva?
En fin, sean las razones que le asisten, lo cierto es que, la llegada de Luis Enrique, no sólo pondrá al equipo en una relación de exigencia igual o mayor a la implantada por Guardiola en su gestión, quien lo vio como jugador sabrá que era un tipo que lo que menos generaba era apatía, su lucha y la garra lo llevaron a ser pieza clave del primer equipo durante ocho temporadas en Can Barca donde tuvo como maestro al ya fallecido Bobby Robson, al holandés Luis van Gaal, temporadas en las que sus números como goleador fueron las mejores de su carrera. Su retiro llegó de la mano de Rijkaard en el 2004, y luego lanzó su carrera como Director Técnico en 2008 sustituyendo precisamente a Guardiola como técnico del Barcelona B.
Su carácter ganador, enérgico y exigente, lo transmitirá a su plantilla, esa hambre que hoy por hoy se ha visto decreciente en los jugadores, por lo tanto, creo que es una apuesta arriesgada, como en su día Guardiola, pero solo el tiempo dirá si fue la mejor de las decisiones, o quién sabe, si estamos a las puertas de otro período glorioso para el Barcelona, pero esta vez de la mano de Luis Enrique, “la furia”.