¿De qué sirve aplicar las leyes? ¿Para qué se sanciona si luego se favorece? Podría hacer una larga lista de preguntas al respecto y podría contestar a todas en la misma forma: “Las reglas están para aplicarse a conveniencia del afectado de turno”.
Tal parece que las leyes están hechas para unos y de aplicación para otros tantos. Me explico: La sanción a FAS de jugar semifinales como local sin afición ha sido modificada, y en efecto, podrá jugar con afición pero en cancha neutral. Favoritismo? Probablemente sí, el problema no es con quien lo hagan sino la implicancia que tiene modificar sanciones impuestas por algo que todos rechazamos y que deseamos que desaparezca para siempre, la violencia en los estadios.
Me da lo mismo que sea FAS, Alianza o el Municipal Limeño a quien le reduzcan y modifiquen una sanción, el punto aquí, no es la resolución sino el mensaje que se envía a la afición, se supone y se entiende que si aplican una sanción por hechos violentos en un estadio lo menos que se podría esperar es que se cumpla, pero que no sea el mismo sancionador quien a través de su Tribunal de Apelaciones la modifique y en el peor de los casos se convierta en un ente permisible donde toda apelación rinde frutos.
El factor humano debería prevalecer por sobre lo económico, y a muy claras cuentas, es oportuno mencionar, que la sanción se modifica porque no es lo mismo jugar un partido regular sin afición que una semifinal de vuelta a estadio lleno, el impacto económico se nota y obviamente perjudica. Pero en habidas cuentas, la decisión no solo trasciende lo económico, sino que discrimina la seguridad de la afición asistente y no porque volverá a suceder un hecho violento en las semifinales que disputará FAS, sino que era el momento oportuno para sentar un precedente y enviar un claro mensaje de rechazo a la violencia en los estadios.
Ahora, quedamos como al principio, inaplicabilidad y/o flexibilidad de las leyes y a expensas que el tema de la violencia en los estadios vuelva a la mesa para ser desvirtuada para favorecer intereses económicos y no de bienestar y seguridad para las aficiones.