Desde que inicié este Blog, he escrito mares de palabras sobre la Selecta, sobre lo que creo y pienso que se debería hacer para tener una selección competitiva y que vuelva a ser parte de la urbe mundialista, que eliminatoria si y eliminatoria también, se queda lejísimos de recuperar el puesto de referencia que una vez ocupó.
Lejos han quedado las eliminatorias en que Honduras, Guatemala, Costa Rica, Estados Unidos o México, sufrían y sudaban sangre para sacar puntos en el Cuscatlán, también estamos muy lejos incluso de tener un ente que se ocupe por mejorar las estructuras de lo que se supone debería ser la selección mejor trabajada y mejor presupuestada, claro, considerando que el fútbol es el deporte de preferencia de la mayoría de salvadoreños.
A todo lo que he dicho a lo largo de estos más de 5 años que llevo escribiendo en este blog, hay que añadir que tampoco existe “un presupuesto fijo para pago de entrenador”, y al tenor original de las palabras, cito al presidente de la FESFUT,Carlos Méndez Cabezas, que dijo a un programa radial que ese es el principal problema a la hora de contratar técnico para la Selección Mayor.
Me creo, que en el país el factor económico pesa y en serio para tener mejores recursos, pero no se puede permitir, que esta carencia, evite tener una mejor organización a nivel selección. Supongo que la planificación es un factor importante a la hora que se inician las labores en las federaciones, tampoco debería ser la improvisación, una estrategia de bomberos para apagar los fuegos que aparecen cada vez que se toca el tema “Selección”.
No tenemos técnico, es un hecho y probablemente no lo tengamos de aquí a mayo, -al menos no oficialmente- cuando el mismo presidente de la federación ha dicho que se iniciará el trabajo a Rusia 2018, una meta que como opinión muy personal, debió comenzar a trabajarse precisamente cuando fuimos eliminados por Costa Rica en el Cuscatlán, en la eliminatoria al Mundial de Brasil de este año, pero a este momento, todavía no logramos siquiera levantarnos de las suspensiones originadas por los amaños que tanto daño le hicieron a nuestra selección mayor.
Si se pone la meta de Rusia 2018, esperaría -yo- como aficionado, que se asienten las bases, que se estructure correctamente la planificación, que no haya lugar a la improvisación, esa que tan malos resultados produce, y que nos mantiene al margen de grandes gestas deportivas. Es momento de desechar el desorden dirigencial, fortalecer las bases de la selección y sobre todo desarrollar un verdadero plan de trabajo cuyo objetivo sea la clasificación a un Mundial. El tiempo corre y no perdona.