Cuando todo apuntaba para un empate sin goles en San Siro, apareció Diego Costa y le dio la victoria al Atlético sobre el Milan.
Poco del Atlético, hay que decirlo, pero suficiente para sacar un resultado que vale su peso en oro de cara al encuentro de vuelta en el Calderón, y es que el Milan no es el de antaño, no es el equipo vertical, sólido y goleador de Shevchenko, Pirlo, Inzaghi o del gran capitán Maldini, un equipo que ha venido de más a menos, pero que apenas empieza a remontar en el Calcio, con Seedorf en el banquillo como el director de orquesta, pero que cuenta con Kaká, el brasileño que sigue siendo el que pone el fútbol en este equipo, pero al conjunto italiano no le bastó.
No le bastó con haberse encontrado a un diferente Atlético que cambió su uniforme de verticalidad y contragolpe, por el de la posesión y falta de claridad en ataque, que fue de más a menos en la primera mitad y que sufrió para mantenerse a flote y sobre el final encontrar un tesoro que pueda significar su clasificación a los cuartos de final.
El Atlético demostró que en esto del fútbol, no siempre gana el que mejor hace las cosas, pero que premia a los que golpean en el momento justo, a los que anotan cuando el barco hace aguas por todos lados, Diego Costa, con un cabezazo desde el área pequeña, ha puesto las cosas cuesta arriba para el cuadro italiano, que tendrá que jugarse la vida cuando devuelva la visita en el Vicente Calderón, para intentar darle la vuelta al resultado.
El resultado pudo ser diferente para el Milan, pero enfrente estaba Curtois, el palo y la falta de definición de sus atacantes. El cuadro italiano perdió ante sí, una gran oportunidad de encaminar su clasificación, pero por contrario, está más cerca de la eliminación.
