Si la lógica existiera en el fútbol, el encuentro por el repechaje entre Metapán y Alianza para definir el cuarto clasificado a semifinales, simplemente no debería haberse jugado, y digo que no, ya que su posición en la tabla general, si se aplicara el criterio de la diferencia de goles, tendría como clasificado directamente al Metapán desde el domingo anterior y no habría necesidad de haberse desgastado físicamente ambos equipos en un encuentro que al final de cuentas dio por vencedor al conjunto calero.
Una norma que dicho sea de paso favorecería mucho más el espectáculo y premiaría al equipo que hiciera mejor las cosas, y cuyos números fueran mejores que su rival de desempate, al mismo tiempo evitaría el cansancio extra al que se sometió Metapán y que seguramente le afectará en el encuentro de ida por semifinales, ya que como bien sabemos, nuestro calendario no está hecho para disputar encuentros entre semana y la preparación del jugador tampoco le permite someterse a una seguidilla de partidos cada 3-4 días.
Si se quiere ir por lo sano y abonar al espectáculo, la diferencia de goles debería ser un criterio válido para definir clasificados, definir campeones -si se jugara un torneo largo-, o definir los descendidos -incluso en torneos cortos- pero jugar un partido extra para definir un clasificado, en este caso, nos demuestra que es un sin razón, ya que al final de cuentas, en el fútbol se supone, debe ganar el mejor, y sea como sea, y aunque los puntos entre Metapán y Alianza digan que terminaron iguales, a fuerza de ser sinceros, el cuadro calero fue levemente mejor que el conjunto albo, y para ello, los números -en goles de diferencia- lo confirman.
