Cinco clásicos seguidos llevaba el Barcelona sin vencer al Real Madrid, con un saldo de 2 empates y 3 derrotas, y esta vez en el Camp Nou, la premisa era conseguir una victoria que los alejara mucho más en la tabla y pasar así la primera prueba de fuego en Liga.
El técnico argentino, el Tata Martino, optó por el que ha sido su formación de gala, con Piqué y Mascherano como centrales, Alves y Adriano por las bandas y en el centro, Busquets, como guardaespaldas de Iniesta y Xavi, mientras, Messi partió por la banda derecha, Neymar por la izquierda y Cesc Fabregas jugando de “falso 9”, todos ellos protegidos en el marco por Valdés, que cómo no, tuvo una noche memorable, como ya viene siendo costumbre.
Mientras, el otro debutante en este clásico, el DT italiano Carlo Ancelotti, puso en la cancha un once experimental, con Diego López en el arco, línea defensiva con Marcelo por la banda izquierda, Carvajal por la derecha, y con una línea de tres centrales, formada por Pepe, Varane y Ramos, éste último, más adelantado hacia el centro del campo, acompañando a Luka Modric y Sami Kedhira; adelante, estaba Di María por banda derecha, Cristiano por izquierda y sorpresivamente, salió como titular Gareth Bale, recién recuperado de sendas lesiones y con poco fútbol en sus piernas, en una posición poco habitual, ya que el técnico italiano optó por colocarlo como centrodelantero.
Colocadas las figuras en el campo de ajedrez, fue el Barca el que inició con más intensidad, aprovechando su juego de posesión, se encargó de llevar la batuta del partido, marcando el ritmo e intentando llegar al marco rival, pero entre su deseo y practicidad, las ocasiones eran desaprovechadas una tras otra; el Madrid en cambio intentaba utilizar la mejor arma que tantos buenos resultados le ha dado ante este Barcelona, el contragolpe, pero esta fórmula no surtió resultados, ya que adelante, Cristiano no encontraba un referente con quien armar paredes ni juego vertical, y el galés Bale naufragó en la apuesta arriesgada como centrodelantero, falto de intensidad y de ritmo de juego, poco se le podría haber exigido a un jugador que prácticamente no tuvo pretemporada y que ha estado la mayor parte del tiempo lesionado desde que llegó a Madrid.
El Barcelona seguía insistiendo, y en una clásica jugada de Iniesta, arrastrando rivales por el centro, cedió al brasileño Neymar que corrió la banda izquierda, entró al área y remató suave, pero el balón golpeó en un defensor para seguir su camino de gol. Era el 1-0 y la locura se desató en el Camp Nou. De ahí en más, la tuvo Messi, pero su remate se fue ancho cuando definió ante la salida de Diego López. El primer tiempo terminaría con un Barcelona rozando su mejor versión, ante un Madrid que hacía aguas en todas sus líneas, y que tan sólo se mantenía a flote gracias a los aciertos defensivos y los desaciertos ofensivos de los atacantes catalanes.
La segunda mitad marcaría un antes y después para cada equipo, el Barca fue de más a menos, y el Madrid en viceversa, entró con un toque de atención, mucho más incisivo y concentrado en sus arranques ofensivos, se notó la mano de Ancelotti a tal punto, que se convirtió en amo y señor del ritmo de juego, tomó la iniciativa y el conjunto catalán retrocedió en sus líneas intentando encontrar en el contragolpe su arma para finiquitar el encuentro. De poco le sirvió aferrarse a esta nueva arma que Martino ha transmitido al equipo, ya que ante los incesantes acosos madridistas el empate se veía más cerca que el 2-0 del Barcelona. Ancelotti hizo sus modificaciones, sacó a Ramos por Illaramendi y a Bale por Benzemá, y fue entonces que el Madrid mejoró y fue mucho más peligroso, llegó y estuvo cerca de encontrar el empate, incluso hubo tiempo para discutir un penal reclamado por el conjunto blanco, gracias a un empujón de Mascherano sobre Cristiano adentro del área, pero que el central no pitó.
Martino dio entrada al chileno Alexis, que oxigenó la zona de ataque y con su juego defensivo se convirtió en el primer defensor en la salida del Madrid. El Barca ampliaría su ventaja gracias a un balón recuperado en la media cancha, Neymar asistió con un balón largo a Alexis que se plantó entre Pepe y Varane, y al ver adelantado a Diego López, definió con una excelsa vaselina para decretar el 2-0, un verdadero golazo, si alguien necesitaba un gol de este nivel y en un partido trascendente era el chileno, muy criticado por parte de la afición, pero que esta temporada está teniendo un renacer bajo el mando del técnico argentino.
El Barca manejó mejor las acciones del encuentro, pero el Madrid, no se rindió, tuvo tiempo para reventar el palo con un pelotazo de Benzemá, una descolgada de Cristiano que tapó Valdés, y una llegada más de Jesé que nuevamente murió en las manos del arquero catalán. Pero cuando todo parecía que terminaría con ese marcador, un balón perdido en ataque, generó un contragolpe mortal, con Cristiano a la cabeza, cedió en bandeja de oro a Jesé que se perfiló solo ante Valdés y definió bajo para anotar el descuento. Era el 2-1 y las dudas se cernieron nuevamente en el Camp Nou, era el minuto 90, pero de ahí hasta el final se las arregló el Barca para mantener el balón alejado de su portería, incluso tuvo tiempo de anotar un gol más, pero Alves se tardó en rematar un balón centrado por Messi que rechazó la defensa madridista. El partido murió con el Barca jugando sobre la banda esperando el pitido final y los tres puntos del clásico se quedaron en Barcelona.