Ganar en Celtic Park está al alcance de muy pocos, y en un torneo como la Champions League el mérito es mayor, y más aún cuando el antecedente mas inmediato decía que el Barça fue derrotado en su ultima visita.
El equipo de Neil Lennon se caracteriza por hacer de su fútbol vertical y de contragolpe el camino a seguir, aplicando los recursos del juego físico y directo, algo similar le dio resultado en esa victoria ante el Barça, pero ahora el libreto no se cumplió a cabalidad. El equipo escocés se empleó a fondo y el cerrojo impuesto eliminó los caminos del Barça, que sin Messi todo parece cuesta arriba, centralizar el juego no es una opción viable y hubo necesidad de abrir las bandas, ahí el Barça perdió, puesto que el conjunto escocés se replegó a la perfección obligando a que el juego se desarrollara fuera del área y lejos de su portería.
Pocos recursos tuvo el Barça, trasladando el balón intentando abrir la lata, pero sus intentos morían en el mar defensivo impuesto por los de casa. Con la expulsión del capitán escocés – justa por cierto- el panorama cambió, el gol era cuestión de tiempo, pero mientras, tuvo que ingresar Alexis que en una de sus típicas corridas por la banda recibió un trazo de Neymar, para poner un centro con etiqueta de gol a la cabeza de Cesc. Gol y nada más, el marcador hacia un poco de justicia al dominio del Barça, que antes había tenido en Valdés a su salvador, con unas manos prodigiosas tras un remate a quemarropa en el área, una más para Víctor que esta temporada está que se sale con sus actuaciones.
El Barça logró su segunda victoria consecutiva en Champions, y aunque me deja el sabor medio dulce por la imagen que proyecta, por ser efectivo y por cuajar con goles sus victorias, sigo creyendo que el equipo va por buen camino, pero le falta mucho por encontrar las variables ante la ida constante y redundante de encontrar los espacios ante los equipos que defienden con 10 en su propio campo. Lo cierto es que a estas alturas de la competición hay margen de corrección y mejora y por supuesto, que si el mejor jugador del mundo no está en el campo, al Barça le sigue costando encontrar el camino del gol.
