En nuestro fútbol hay 2 realidades. Una que es la que todos soñamos con alcanzar, la de tener una buena base de futbolistas dotados técnicamente y con la mejor formación desde niños, que les brinde esas cualidades que deben tener para desarrollarse de la mejor manera en esa profesión tan exigente como la del deporte rey, el fútbol. La otra, es la que seguimos teniendo desde que tenemos memoria.
31 años después hemos regresado a un Mundial de Fútbol, ésta vez a uno de categoría sub-20, nuestra primera participación a este nivel. Queda claro que los tiempos, la edad y hasta el mismo fútbol no se juega de la misma manera que hace 3 décadas, mucho ha cambiado desde esa vez hasta hoy en día. Pero si hay algo que se mantiene es la ilusión, el deseo y la lucha de nuestros jugadores por intentar hacer un buen papel y defender dignamente nuestra camiseta que nos llena de tanto orgullo.
La Selecta sub-20 debutó por fin en la tan esperada cita mundialista de la categoría, ante el local Turquía, deseando obtener un buen resultado de cara a los dos partidos restantes. La historia quedó escrita, y en nuestro primer partido, caímos derrotados 3 goles por 0, producto de nuestra inexperiencia, de los errores la superioridad de nuestro rival, que a fuerza de ser sinceros hay que decirlo.
No se le puede reprochar nada a nuestros jugadores, hicieron lo mejor que pudieron, y pusieron todo el empeño posible para intentar darle vuelta al resultado, al final el marcador reflejaba un castigo para nuestro debut, pero acorde y en sintonía con nuestro nivel, si, ese nivel que tanto soñamos con dejar atrás, para codearnos y jugar de tú a tú con las grandes selecciones campeonas del mundo. Los errores, la inexperiencia y la diferencia técnica y táctica pesan y en serio en este tipo de torneos, quizá eso sea un ingrediente que le falta a nuestro jugador, dejar los adornos y hacer la jugada más fácil, lograr minutos en sus equipos y que éstos sean de preferencia de primera división, emigrar a mejores ligas a la nuestra, eso es quizá, tan sólo unos pequeños detalles que condicionan nuestro crecimiento e impiden que nuestro fútbol logre evolucionar.
Hoy por hoy es lo que tenemos, eso es lo que hay, este es el resultado de lo que se ha trabajado en todo el tiempo que ha transcurrido desde que fuimos por vez primera a un mundial. Quizá en el balance de los resultados no haya mucho de qué orgullecernos, aunque tan sólo el hecho de haber clasificado a un Mundial ya puede considerarse una victoria, queda mucho trabajo por hacer, y aunque el trabajo realizado con ésta Selección Sub-20 esté llena de elogios para muchos y de críticas para otros, queda la satisfacción que en nuestro primer partido del Mundial, los muchachos se dejaron todo en la cancha, y perdimos únicamente por el simple hecho que son selecciones mejores que la nuestra, más efectivas y mucho más prácticas a la hora de definir, al final quien anota los goles gana.