Fin de ciclo. El de Mourinho. El técnico que dirigió a la considerada mejor plantilla del Real Madrid en la historia. Quién lo diría, que la destitución de Mourinho del Real Madrid llegaría en el mismo día que el marginado Iker Casillas cumplía años. Ironías. Quizá el presagio de las 3 temporadas que el portugués permanecía en el equipo que le pagaba, era una losa demasiado pesada para el Real Madrid, y el hecho de no ganar la tan ansiada y prometida -hasta el cansancio- décima Champions ha propiciado la salida del técnico considerado por muchos el mejor resultadista del mundo del fútbol, y si a esto se le suma haber firmado una temporada con tan solo una Supercopa de España, el resultado es lo que hay.
Pero, ¿de quién es la culpa? Quizá muchos, al igual que yo, se hacen esa pregunta, algunos acusarán a los jugadores: Casillas, Ramos, Pepe, incluso su niño mimado Cristiano, aquellos que alzaron la voz cuando comenzaron a notar que la relación entre técnico y jugadores estaba quebrantándose poco a poco, quizá cuando los capitanes del equipo se dieron cuenta que el discurso de su técnico no era compartido por toda la plantilla, quejarse de conspiraciones dirigidas, de las ayudas que recibía el Barca a costa de publicitar a Unicef en su camiseta, de la Champions sucia y de vergüenza que el Barcelona ganó en el 2011 después de eliminarlos en semifinales… probablemente los jugadores entendieron que sus quejas y lloriqueos no eran compatibles con un club que presume de señorío en la forma en que su himno reza “Enemigo en la contienda, cuando pierde da la mano sin envidias ni rencores, como bueno y fiel hermano”.
Pero aun así, a pesar que su Presidente sabía de esta ruptura del vestuario, allá por enero lo único que hizo fue respaldar al técnico, quizás por aquello, que el técnico portugués había sido una clara apuesta personal, cuyo único objetivo era la de romper la hegemonía del Barcelona como el mejor equipo del mundo. Como dicen por ahí, las obsesiones nunca son buenas: la décima Champions, destronar al Barcelona, destronar al mejor jugador del mundo, tener al mejor entrenador del mundo…
¿La culpa es de Mourinho? El balance de Mourinho no ha sido del todo mal, quizá el problema radica en que en la acera de enfrente tenía al que para muchos sigue siendo el mejor equipo del mundo, el F.C. Barcelona y por muy desastrosa que haya sido su eliminación ante el Bayern München, el Barca lo dejó sin opciones de liga casi a media temporada, y cuando aún podía resucitar, el equipo perdió incluso en un inicio, puntos importantes, y no le fue posible remontar la diferencia de puntos que le separaban, pero a pesar de haberlo eliminado de la Copa del Rey, no pudo tampoco contra un Atlético de Madrid, que siendo realistas, técnicamente era inferior al Real Madrid.
Pero, hablemos de Florentino Pérez. El presidente tuvo la oportunidad de hacer que el fracaso fuera menor a media temporada, cuando los jugadores alzaron la voz y las declaraciones y el pensamiento del vestuario salió a la luz, cuando las relaciones entre el técnico y los jugadores se iban rompiendo de a poco y los resultados tampoco estaban acompañando al técnico, que prácticamente tiró la liga cuando vio que era imposible remontarle a un Barca que no perdía puntos en sus encuentros. Pero mucho antes, quizá el peor error de Florentino Pérez fue cederle todo el poder a Mourinho, en los fichajes, en las bajas, en ser incluso vocero del club, compró jugadores innecesarios –y excesivamente caros- con su consentimiento, Florentino también destituyó a Valdano, el Director Deportivo del Real Madrid que era el único que tapizaba las salidas de juicio del portugués, y que tampoco estaba a su favor.
Mourinho necesitaba más poder y lo demostró cuando Valdano fue destituido, para luego nombrar a Zidane, que fue un ornamento más pero sin valor alguno dentro de la institución. Luego pasó todo lo que expuse en un inicio, despotricar en cada rueda de prensa, meter el dedo en el ojo a Tito, sancionado por la UEFA por sus declaraciones luego de la eliminación en semifinales ante el Barca, en fin, un sinnúmero de acciones que incluso me atrevo a decir, llegaron a dividir a gran parte del Madridismo, mientras unos veían en Mourinho la antítesis del Barcelona, otros sabían que era más el daño que causaba su presencia al club, no sólo en lo deportivo, sino en la imagen que transmitían fuera de sus fronteras.
Florentino respaldó a Mourinho cuando aún después de 2 años el gran objetivo y la gran promesa de la décima Champions no se cumplió, pero quizás en el pensamiento del presidente, despedir a un técnico que había roto el ciclo ganador del Barcelona, no era del todo la mejor apuesta, considerando que era una jugada arriesgada que podría incluso negarle el sueño más grande del madridismo, la Champions League. A su favor, el técnico portugués acumuló este año en su registro la Supercopa que le ganaron al Barcelona, empate y victoria en los clásicos de Liga, eliminar al Barca de la Copa, el negocio funcionaba, pero lo que no querían ver era que el equipo se venía abajo, en el que su mismo capitán –y no hablo de Casillas ni Ramos- estaba cavando agujeros para no querer achicar el agua. Y a todo este el presidente hizo ojos ciegos, para ver lo que pasaba pero sin querer intervenir, hasta que el barco se terminó hundiendo.
P.D.: Mourinho regresará a Inglaterra, al equipo de sus amores, también se le extraña en Italia, en el Inter, mientras en el Oporto, saben que los llevó a tocar las mieles del cielo en lo deportivo. Mientras, en el Real Madrid, quedará la sensación que terminó un ciclo, el de Mourinho, y nada más.