Hace 4 años, en la Eurocopa del 2008, España se midió ante Alemania con una generación de futbolistas que ya marcaba el camino a seguir, con posesión de pelota, con juego vertical y con un juego que poco a poco deslumbraría al mundo del fútbol por ser idealistas de un estilo de juego, único y quizás irrepetible. España esa vez se impuso 1-0 ante Alemania y se metía en la historia del fútbol. Llegó el Mundial de Sudáfrica de 2010, y luego de un desliz en el primer encuentro ante Suiza, logró reponerse e imponerse nuevamente en una final de máxima competición, esta vez, ante Holanda también con marcador de 1-0.
La Eurocopa 2012 presagiaba algo único para la selección española, ser la primera y única que haya podido ganar en un ciclo completo Euro-Mundial-Euro, los números y las posibilidades eran favorables, pero enfrente, una Italia más llena de problemas como lo fuese en el Mundial del 2006 -donde salieron campeones- con un fútbol diferente, más ofensivo y con un elemento diferente a las selecciones italianas de antaño. Sin más, España se impuso por 4 a 0, el éxtasis y la historia reescrita por una selección que deslumbra por su juego y que no tuvo mayores problemas para ganar su tercer título consecutivo, 2 de Eurocopa y una Copa del Mundo, teniendo entre sus filas una auténtica generación de oro, quizá una de las mejores de su historia: Casillas, Ramos, Puyol -ausente en la Eurocopa-, Xabi Alonso, Xavi, Iniesta, Cesc, Silva, Villa, Torres
Jugadores capaces e inigualables, han logrado hacer historia jugando a lo que saben, con una ideología y un estilo de juego que sigue maravillando y que hace de la posesión del balón su mejor forma de atacar y defenderse, Italia no encontró el camino para imponer su juego, a pesar que salió a disputarle el balón a los españoles no tuvo las armas para igualar el encuentro.
España hoy es el modelo, es la referencia, muchos se preguntan si esta es la mejor selección de la historia, yo soy de la opinión que aún falta mucho para que esta generación ceda la batuta a nuevos jugadores, solamente entonces, el tiempo responderá a esa pregunta, cuando se haga la suma de todo lo ganado o de aquello que se dejó de ganar.