Con la más reciente y agradable noticia sobre la salida de Jaime Alas hacia Europa, concretamente al Rosenborg de Noruega, se abre nuevamente la posibilidad que muchos más jugadores salvadoreños puedan abrirse paso para jugar en las ligas competitivas, duras y exigentes de Europa. En este sentido el reto para Jaime Alas, de quien no me queda ninguna duda que podrá sobresalir, siempre y cuando cuente con la confianza y los minutos que un jugador necesita para adaptarse a un mundo totalmente diferente al que está acostumbrado, porque cuenta con una muy buena técnica, habilidoso con el balón en los pies y con un fondo físico muy por encima del promedio, basta ver sus arranques en velocidad durante los últimos encuentros que disputó con la Selecta para darse cuenta que su preparación está bastante sólida y ésto no le será ninguna dificultad para jugar en el extranjero, salvo las limitantes tradicionales como el idioma, la cultura y por ahí el cambio climático que es totalmente lo opuesto al que tenemos en El Salvador.
Su equipo de destino supone un reto bastante grande, es el club con el historial más ganador de Noruega, e incluso lo hemos visto jugar Champions League, ante los grandes de Europa (victoria ante el Real Madrid en 1997), aquí también han salido jugadores de renombre como John Carew por lo que Jaime Alas tiene en sus hombros una responsabilidad mayor de hacer bien las cosas, de luchar por cumplir las expectativas que de él se esperan y estoy completamente seguro que logrará triunfar.
Esto no solamente supondrá un triunfo para Jaime, sino que también ayudará a que en nuestra selección hayan jugadores con mayor experiencia, con mejor capacidad técnica y táctica, gana Jaime, ganamos todos.