El gran clásico Español deparaba muchas incertidumbres sobre quienes jugarían, qué esquema utilizarían ambos técnicos y en mayor o igual importancia, el resultado, pues para muchos el momento era propicio para que el Real Madrid diera un golpe de efecto y de autoridad sobre la mesa de la Liga, en su estadio, ante su afición y con los números que respaldaban un mejor rendimiento que su rival, que llegaba con la incerteza de poder, esta vez, sacar un buen resultado del Santiago Bernabéu, porque a fuerza de ser sinceros el Real Madrid llegaba a todas luces mejor reforzado y con los ánimos más elevados por la seguidilla de victorias conseguidas tanto en Liga como en Champions, donde han firmado la mejor fase de grupos en su historia.
Claro está, los números son números, ni la estadística que dictaba que si el Barca mojaba primero se llevaba el triunfo o como que si un equipo dirigido por Mourinho con un empate a 1 gol al medio tiempo no perdía nunca (datos gracias a Mr.Chip), en la cancha la realidad fue otra y muy diferente. Valdes tuvo una malísima lectura y muy mala fortuna para jugar un balón en la frontal cuando apenas iban 22 segundos propiciando un infortunio de rebotes en Busquets, dejando el balón en bandeja para que Benzemá batiera a placer cuando solamente Valdes hacía bulto y ni Piqué tuvo el acierto para tirar el fuera de juego. El arranque no podía ser mejor para un Madrid urgido de una victoria, necesitado de volver a poner las cosas en su sitio y demostrando de una vez por todas que su mejoría da incluso para derrotar al Barcelona.
Dicen que en el fútbol cuando dejas de correr pierdes, cuando te acomodas pierdes, cuando cuidas un resultado y dejas de buscar la victoria, el rival te devora, y con el Barca no es posible darse el lujo de dejarlo vivir, porque si no lo matas, ellos te matan a ti. Poco a poco el Barca fue haciendose dueño del balón, lento pero más seguro que nunca que contaba con 89 minutos para darle vuelta a la historia, Puyol gritó y en serio a sus compañeros tras recibir el gol, la historia hacia recordar aquel 2-6 cuando el Madrid también comenzó ganando el encuentro, ahora el Barca estaba cuesta arriba y con un Madrid que no le daba espacios pero que poco a poco se conformó con el resultado ventajoso y se dedicó a depender de contragolpear, materia en la que le lleva ventaja no solo al Barca sino a la mayoría de equipos que enfrenta.
Messi apareció cuando su equipo más lo necesitaba, la respuesta llegó a los 6 minutos con una tapada magistral de Casillas, respondió Cristiano con un remate cerca del punto penal que tiró por línea final cuando Di María estaba solo y su alma para rematar a placer, el 2-0 no llegó y el Madrid lo resintió, en la siguiente descolgada Messi dejó desparramados a sus rivales y puso un balón de oro a Alexis quien en velocidad le ganó la corrida a Pepe y batió cruzado al palo derecho de Casillas, el empate estaba de cara y el balón ya era color azulgrana.
Nunca sabremos lo que Pep les dijo a sus jugadores en el medio tiempo, pero fue más que claro su planteamiento 3-5-2 al retorno al 2° tiempo, y con ello el Barca logró manejar al Madrid, le ganó la media cancha, esa que Mou ha desencantado y que nunca hizo ningún cambio por intentar recuperar, para el Barca es de vida o muerte, de ahí salen sus jugadas ofensivas y de ahí se teje esa telaraña que envuelve a los rivales, que juguetea como león con su presa esperando la punzada final, esos arranques de Messi, ese control de Iniesta y la mirada periférica de Xavi, el Barca lo sabe, Pep lo sabe, el Madrid y Mou, nunca lo vieron venir, el Barca tocó a placer y volvió a las viejas andadas, con el 2-1 marcado por Xavi, con mucha suerte por el rebote en Marcelo, el partido estaba ya cantado, un Barca manejando el resultado y el balón y un Madrid esperanzado a dar otro zarpazo, como sucedió en la final de la Copa del Rey.
Cesc se estrenó como goleador en el Bernabéu, marcó el 3°, la guinda al pastel tras un gran centro lanzado por Alves y asistido por Messi, jugón como siempre, el Barca en si se rehizo cuando peor lo pasaba y dió una auténtica lección al ganar jugando con su estilo, al no renunciar a lo que siempre han jugado, una gran y enorme diferencia entre uno y otro equipo, mientras, el Madrid aún sigue buscando la fórmula, esa que le de la clave del triunfo, esa que aún no llega y que se resiste, esa que Mourinho no descifra y que por más cambios que haga en su equipo, el resultado siempre es el mismo.
El Barca ha logrado una gran victoria por lo que supone ganar en estas condiciones al que probablemente es el mejor Madrid de los últimos años, en jugadores, en juego, en estilo, en todo, el Madrid ha sido un gran rival pero el Barca fue mejor y jugó mejor cuando tuvo que hacerlo, en un estadio que cada vez más se vuelve un talismán para Guardiola y sus jugadores.