Fernando Torres guió al Liverpool a su primera victoria en la era Dalglish, que no había podido ganar desde su llegada al banquillo tras sustituir a Roy Hodgson y que en los últimos cuatro encuentros saldó derrotas tanto en liga como en la copa.
El niño Torres fue el encargado de anotar el primero y el último gol de su equipo, mientras que Meireles anotó el segundo con una volea impresionante que se coló por todo el angulo del portero local.
El Wolverhampton se vio superado en su propia cancha y el Liverpool con esta victoria se coloca hasta la décima posición de la tabla.