Terminada la jornada de la Champions League, el Barcelona y el Real Madrid, han asegurado una vez más, que su objetivo de llegar a la final de la Champions en el Bernabeu, se torna cada vez más dificil, tanto para uno -el Real Madrid, que no encuentra el rumbo ni consigue establecer un esquema de juego que le permita vencer a los rivales sin tanto sufrimiento.
Ante el Milan, en la primera mitad, logró imponerse en la cancha y ser levemente superior hasta que consiguió el gol de la ventaja, pero rápidamente el empate conseguido por Ronaldinho devolvió al equipo blanco a una triste realidad y desnudó las carencias ofensivas y falta de un nivel de juego competitivo que le permita manejar los encuentros y finiquitarlos al presentarse las oportunidades de gol.
Desgraciadamente para el Milan, el arbitro del encuentro, le dio una ayudadita al Madrid, anulando un claro y legitimo gol de Pato, sino, la historia sería otra.
Al final un empate conseguido en una cancha donde aún no consigue ganar, y que le permite seguir aspirando a la clasificación y que depende en si, de lo que pueda hacer ante el Olympique de Marsella de visitante -que goleó al Zurich por 6 a 1- y ante éste mismo equipo suizo al que en la primera fecha goleó como visitante.