En cualquier superclásico podría esperarse o al menos desearse por cualquier hincha que el resultado fuera abultado y de escándalo, y ésta tarde al menos yo lo esperaba, y ansiaba que el América le diera una desconocida a las Chivas, pero aún no entiendo que pasó en el medio tiempo y Jesús Ramírez replegó el equipo en su cancha y le apostó al contragolpe, tampoco entiendo porqué sacó a Esqueda, que era lo mejor que había en la cancha, las luchaba de todas todas, y en verdad entiendo la molestia del jugador.
Tampoco entiendo que teniendo un equipo que dominó casi todo el primer tiempo, que pudo haber metido por lo menos 2 o 3 goles más, terminó el encuentro ganando por la mínima.
Un partido que a menos a mi gusto pintaba para más, por lo menos unos 4 goles, pero de no ser por el gran meta Michel que salvó en más de 3 claras jugadas del gol al Guadalajara, hubiera sido un resultado de escándalo.
El único gol del encuentro lo marcó Aquivaldo Mosqueda, tras un cabezazo producto de un tiro libre enviado por Pavel Pardo. Mosqueda anda que vuela en la defensa, muerde por todos lados y tiene gol, lástima que no tuvo mayor trascendencia en el Sevilla.
Dudas y dudas, me deja, pero me quedo con el sabor que el América ganó.
Aunque claro soy un salvadoreño, pero eso no me quita el amor al fútbol, y sobre todo que le siga al América y qué mejor que cerrar todo un fin de semana futbolístico con broche de oro.
