Pensar que un equipo tocado, que no levanta cabeza en el torneo local, con jugadores más “veteranos” que de costumbre será un plato fácil de devorar es un error que muchos equipos en el mundo futbolístico cometen.
El Madrid no ha sido la excepción, y no se si la culpa es del equipo, del técnico, de los jugadores o de los medios periodísticos madridistas, que devoraron al cuadro milanista haciendo crecer ilusiones al equipo blanco, al hacerles creer que la diferencia de edad entre uno y otro equipo sería vital para conseguir una victoria incluso por goleada.
Raúl quiso vestirse de héroe y se llevó las palmas ante su afición, Ronaldinho y Zambrotta volvían a un viejo y conocido lugar, donde el primero vivió una noche memorable cuando vivió una gran victoria contra el Madrid cuando vestía de azulgrana y salipo aplaudido de la cancha.
Esta noche, se vivió un fútbol mágico entre dos colosos, uno queriendo volver a la élite del fútbol mundial el Milan y el otro deseando hacer buenos los pronósticos y lograr el provecho de la inversión realizada para ésta temporada el Madrid.
Aunque un error garrafal de Dida le dio la ventaja al Madrid, siguió con el ritmo de juego de siempre, previsible y no muy profundo, y en las ocasiones que tuvo no pudo concretarlas.
Esto le dio vida al Milan, que en la segunda mitad salió mejor parado, con mas intenciones de conseguir el resultado, y lo encontró a través de un gran disparo de Pirlo que se coló a Casillas, inmerecido o no, pero el gol valió. El Madrid perdió en concentración y temblaba ante las acometidas del Milan comandadas por Seedorf, otro ex-madridista que vivió una gran noche. En un intento de contragolpe iniciado por Kaká, entregó mal el balón depositandola en los botines de Ambrossini, que como con la mano le puso un balón de oro a Pato, que ante la desesperada salida de Casillas, marcó el segundo.
Silencio en la casa blanca, y un equipo que mordía y parecía encontrar un justo premio por lo realizado en la segunda mitad.
Entró Drenthe y en un tiro de esquina puesto por Raul, la mandó a guardar para poner el empate en el marcador.
Pero si la noche ya estaba loca, el árbitro, de pésimo trabajo, anuló un gol legítimo al Milan, por supuesta falta (imagino que eso vió) sobre Ramos y Casillas.
Pero si algo hay de justicia en el fútbol, es que el 3 a 2 llegó finalmente para el equipo italiano, una descolgada de Pato que pasó el balón a Ronaldinho y éste a Seedorf, se paseó pensando que hacer hasta que vio el hueco y se la puso en el pie a Pato y a cobrar.
El equipo milanista, rompió la historia al conseguir su primera victoria ante el Madrid como visitante y demostró que más sabe el diablo por viejo que por diablo.
Duro revés para la casa blanca.