La cenicienta dejó de ser no hace muchos años atrás, un calificativo atribuido a nuestra amada selecta, ya que solo llegabamos a los estadios a cosechar abultadas derrotas y el orgullo nuestro estaba pisoteado por el suelo, ahora la historia es otra y se ve un cambio.
Se perdió, si, claro está, una triste derrota, inmerecida quizá, pero queda la satisfacción de haber llegado y haber perdido, no se si es peor a no haber siquiera intentado; ilusionandose con el famoso “si se puede”, pero esto es así, en el fútbol quien comete errores los paga, y con un precio muy alto, pero basta de encender las alarmas con los errores cometidos, la Selecta mereció más durante toda la eliminatoria, aunque al principio nadie daba un cinco por nosotros, ahora somos prácticamente un “digno rival y lleno de respeto”, pero la verdad es que dar la cara en una zona tan complicada como lo es la Concacaf, cuyos dueños futbolísticamente hablando son Estados Unidos y México, tal vez ya no resultará tan difícil como en ocasiones anteriores, creo en que el fútbol de nuestro país ha madurado, a raíz de los golpes, de las malas artimañas utilizadas por algunos dirigentes, en fin, tantas cosas que nos alejan de lo que nos interesa, nuestra Selección y nuestro fútbol en sí, pero es normal que ahora se hable y se meta mucha leña al fuego a raíz de la eliminación, pero a ésta Selección no se le puede pedir más, dieron lo que tenían que dar, e incluso más, llegaron al Azteca a jugar, no a echarse al cajón como muchos otros lo han hecho, y lamentablemente se perdió, con dolor y honra se perdió, si, la clasificación a un Mundial, se perdió con la cabeza en alto, luchando ante todo, pero México fue más a raíz de los errores salvadoreños, una lástima.
Ahora hay que mirar al 2014 y seguir con la base que tenemos, la ilusión que se despertó en este proceso no debe ser en vano, los futbolistas en el extranjero deben ser más, hay una necesidad enorme de mejorar la calidad futbolística de nuestra Liga de Oro, y dar lo mejor de cada uno para lograr tener una selección mucho más competitiva y de más calidad para terminar los partidos, para ganar los puntos en casa siempre, para conseguirlos fuera, por ahora, viene Honduras, ya México es historia, no hay más que hablar.
Injusto si, así es el fútbol, quien menos merece es quien más cosecha, y México, hizo poco, pero hizo los deberes cuando debía, y ahí los resultados, a nosotros aún nos falta, tal vez mucho, tal vez poco, pero lo que si está claro, es que el fútbol salvadoreño y nuestra selección en particular, dejó de ser la cenicienta y el patito feo de la Concacaf, aunque hay muchas voces que dicen que los grandes dominan y que tienen privilegios, hoy por hoy, a base de fútbol y de garra la selecta se ha ganado el respeto que merece.
Los jugadores merecen más de lo que consiguieron, lucharon y sudaron la azul y blanco en cada noche y en cada partido que defendieron el honor y la garra salvadoreña, no hay reproches, no hay nada que decir, más que felicitarlos y agradecerles por haber puesto en alto el nombre de nuestro país.