Este día, abordé el micro para irme a casa, y no pude evitar escuchar a una madre gritarle a su hijo porque intentaba abordar la unidad cuando aún habían personas que se encontraban bajando, el pequeño tenía alrededor de 4 o 5 años máximo, pero la forma cómo ésta señora le hablaba hizo admirarme no solamente a mí, sino también a otras personas que se encontraban en el asiento trasero y junto a mi.
Realmente, aún no soy padre de familia, por tanto, seguramente no tengo la capacidad o aptitud para hablar sobre el tema, pero igual, también fui niño, y gracias a Dios en ningun momento hicieron algo similar mis padres, sobre todo en público.
Me resulta interesante y no es la primera vez que ocurre, pero existen muchos padres que creen en la Ley del Azote, y es que si no te entienden a las palabras, entonces entenderás a los gritos o a los latigazos, y como éste caso existen muchos, a mi en lo personal me avergüenza escuchar los gritos que algunos les profieren a sus hijos en la calle, en el bus, o en cualquier otro lugar concurrido, pues quizas no han tenido la suficiente capacidad o educación parental para ejercer la labor de tutor educativo, familiar y sobre todo intentar darle un desarrollo físico y mental aceptable a los hijos.
Cada quien verá lo que le conviene, pero en mi favor puedo decir que estoy en contra del maltrato infantil en todas sus expresiones, y no quiero pensar que algo como lo que expongo pueda originar en algo mucho más grande y de mayor trascedencia en el desarrollo y equilibro mental de un niño.