EL SALVADOR VRS. MÉXICO (Ahora si saben donde estamos) Parte III

Señores, bien dije que el que escupe al cielo… que se busque un paraguas, y aún más cuando las palabras deben ser digeridas por el mismo camino que recorrieron. Si faltaba algo era que la Selecta ganara ante la de México. Ahora si conocen donde queda El Salvador, ahora si nuestro fútbol sobresale en el planeta futbol, y claro estamos en la posición numero 100 del mentiroso y poco creíble ranking de la FIFA, y nuestro pequeño estadio se le hizo grande a los jugadores mexicanos, que demostraron una vez más, que por tradición, por renombre, por mayor prestigio, salarios percibidos y/o trayectoria futbolística, no se ganan los partidos.
Si algo quedó claro, es que el jugador del Deportivo la Coruña quedó retratado, el del Cruz Azul lo único que vio cerca fue la tarjeta amarilla que le regalaron, el señor que dice que “juega” en el Villareal, jugó gratis luego del puñetazo de niña con vestido que le propinó a Pacheco, pero yo me pregunto, alguien vio jugar a un “prodigio” que dicen que juega en el Shaktar Donetsk y que ganó la copa UEFA ante el Werder Bremen, si alguien lo vio en la cancha que le cuente que su selección perdió en el pequeñísimo estadio Cuscatlán, de la Ciudad de San Salvador, seguramente ni siquiera tuvo los huevos de salir a dar la cara, porque no se le vió una en todo el partido.
Pero bueno… esta es otra historia, los jugadores de la “semiprofesional liga de futbol” como nos han llamado a nuestro fútbol, le dieron un baile y una demostración de buen juego, en conjunto, de toque, de abrir la cancha, de presionar, de marcar, de morder, de meter la pierna pero sobre todo, de provocarles una indigestión a todos aquellos que dijeron estupideces de nuestro futbol y nuestro país, con todo el palabrero que se tuvieron que tragar.
Jugadores del Metapán, del Águila, del Firpo, del FAS y de Nejapa???? Si lo oyó bien, del Nejapa¡¡¡¡ lograron encender a toda una nación, a casi 7 millones de salvadoreños que temblaron de alegría en nuestra tierra cuzcatleca, y no olvidemos los otros millones que nos siguieron desde el exterior. Todos vestidos con nuestros amados colores azúl y blanco, derrotaron a un equipito amarrete, engreído, que corrieron tras la pelota sin ver una, y cuyo premio ante lo mezquino de su juego fue creerse que podrían llevarse al menos un punto con un penalti de regalo navideño que les entregó el central tico.
Pero es así, nuestro futbol humilde y sencillo pero con la garra, la entrega y el corazón lleno del puro y mero orgullo salvadoreño se logró vencer al que se creía gigante de la región, no faltaba más, creerse grande para terminar con la cola entre las patas e irse agachado y agazapado por la grandeza de un país tan pequeño pero con una afición y una Selecta que le demostró hoy al mundo, que el fútbol siempre te da revancha, y los que juegan tienen la ultima palabra.
Grande Selecta¡¡¡