1) Hay que encerrarse en un pequeño contenedor de metal por tres meses sin ninguna comunicación con el mundo exterior, con monitores electrónicos conectados a varias partes del cuerpo y con comida para bebés congelada y barras de cereal como desayuno, almuerzo y cena, además, tener cinco compañeros que harán todo lo posible para evitar que uno se escape antes de que se cumplan los tres meses.
2) Ser observado desde una sala de control afuera del contenedor, por un equipo de científicos que seguirá cada movimiento que uno haga buscando cualquier indicio de que se pueda estar empezando a enloquecerse.
3) Olvidarse del alcohol o el tabaco: ambos están estrictamente prohibidos.
Se trata de un experimento llamado Marte 500 que atrajo a 6.000 postulantes de 40 países. Tras una conferencia de prensa y entre los flashes de las cámaras, entrarán en una colección de contenedores cilíndricos interconectados en un lóbrego edificio en Moscú, abrirán una pesada especie de escotilla y desaparecerán.
Los seis voluntarios elegidos vienen de Rusia, Francia y Alemania y piensan que están contribuyendo a hacer historia al hacer que el tan preciado sueño de que el hombre pueda llegar a Marte esté un paso más cerca.
Utilizando la generación actual de motores de cohetes, un viaje de ida y vuelta al Planeta Rojo podría tomar dos años, mientras que las misiones a La Luna no toman más de dos semanas.
Así que las agencias espaciales de todo el mundo que quieran ganar la carrera a Marte tienen que asegurarse de que la próxima generación de astronautas podrá soportar el trauma psicológico y físico que implican los extremadamente largos viajes por el espacio.
“Nada divertido”
Dicho experimento se centrará en las dificultades psicológicas del aislamiento prolongado y la claustrofobia, aunque cada voluntario tiene el derecho de irse en cualquier momento, todos están concientes de que la meta es llegar hasta el final.
No es tarea fácil pues por el interior de la nave espacial simulada ya que su ordinario interior de pino está casi vacío, con unos pocos lujos, como una TV plana grande, una tetera y una nevera vacía. Pero la sensación general es la de estar apretado, sin aire y sin ventanas, las habitaciones para dormir son particularmente pequeñas y aparentemente no están aisladas del ruido.
Se permite a cada voluntario llevar una maleta de objetos personales, libros, música, DVD y juegos de mesa. Y los suertudos trabajarán en turnos de hasta 10 horas durante la noche o el día, en los que llevarán a cabo experimentos científicos y revisarán los sistemas a bordo para asegurarse de que estén funcionando bien.
Al final son $6,500 al mes… Nada mal.